TALLERES DE HABILIDADES SOCIALES:

 

LAS HABILIDADES SOCIALES.

 

MÁS DETALLES: 

 

 

 

INTRODUCCION

 

¿Por qué a algunas personas les va mejor en la vida que a otras?.

¿Por qué algunas, con alto coeficiente intelectual y que se destacan en su profesión, no pueden aplicar esta inteligencia en su vida privada, que va a la deriva, del sufrimiento al fracaso?.

¿Porqué algunas personas tienen más desarrollada que otras, una habilidad especial que les permite relacionarse bien con otros, aunque no sean las que más se destacan por su inteligencia?.

¿Porqué unos son más capaces que otros de enfrentar contratiempos, o superar obstáculos y ver las dificultades de la vida de manera diferente?.

El nuevo concepto que da respuesta a ésta y otras interrogantes es la Inteligencia Emocional, una parte a menudo negada y desdeñada, opacada por el brillo de la razón, del coeficiente intelectual (CI), más fácil de definir y medir, la misma que viene a ser una destreza que nos permite conocer y manejar nuestros propios sentimientos, interpretar o enfrentar los sentimientos de los demás, sentirse satisfechos y ser eficaces en la vida a la vez que crear hábitos mentales que favorezcan nuestra propia productividad.

La Inteligencia emocional es una forma de interactuar con el mundo que tiene muy en cuenta los sentimientos, y engloba habilidades tales como el control de los impulsos, la autoconciencia, la motivación, el entusiasmo, la perseverancia, la empatía, la agilidad mental, etc. Ellas configuran rasgos de carácter como la autodisciplina, la compasión o el altruismo, que resultan indispensables para una buena y creativa adaptación social.

Aprovechar la inteligencia emocional no implica estar siempre contento o evitar las perturbaciones, sino mantener el equilibrio: saber atravesar los malos momentos que nos depara la vida, reconocer y aceptar los propios sentimientos y salir airoso de esas situaciones sin dañarse ni dañar a los demás. La difusión de este "alfabetismo emocional", pocas veces valorado en su justa medida, haría del mundo (y por ende de las organizaciones) un lugar más agradable, menos agresivo y más estimulante. No se trata de borrar las pasiones, sino de administrarlas con inteligencia.

 

 

INTELIGENCIA EMOCIONAL

 

Además de definir la inteligencia emocional y sus componentes, el taller se orienta a dar respuestas concretas, operativas, prácticas, e inmediatas a las siguientes cuestiones:

¿Qué hace una persona inteligente en términos emocionales?

¿Cómo se puede desarrollar la inteligencia emocional?

¿Cómo influye la inteligencia emocional en la productividad del sujeto y de sus colaboradores?

¿Cuáles son las implicaciones de las competencias emocionales en el Centro Educativo?

¿Cómo se puede medir la inteligencia emocional?

¿En qué aspectos soy más fuerte y más débil?

¿Cómo puedo desarrollar mis competencias emocionales para alcanzar objetivos concretos?

 

Cada vez más, la clave del éxito como EDUCADOR reside en saber dirigir a las personas. Por ello, es fundamental desarrollar lo que se conoce como inteligencia emocional. Es decir, la "capacidad para discernir y responder de forma correcta a los estados de ánimo, temperamentos, motivaciones y deseos de las demás personas", y la "capacidad de establecer contacto con los propios sentimientos, discernir entre ellos y aprovechar este conocimiento para orientar nuestra conducta". El objetivo de estos talleres es la toma de conciencia de la existencia de la inteligencia emocional, saber cómo determina ésta las relaciones humanas dentro del mundo laboral y conocer cómo desarrollarla.

 

LOS TALLERES SOBRE

 

 INTELIGENCIA EMOCIONAL.

 

¿CÓMO PODEMOS DESARROLLAR LA INTELIGENCIA EMOCIONAL?

 

¿Qué podemos hacer para que la inteligencia emocional se desarrolle en nuestros talleres?

¿Es suficiente difundir los conceptos?

¿Qué ha de tener un programa de inteligencia emocional para que tenga éxito?

 

El presente documento propone una herramienta clave que debería ser contemplada en cualquier programa para el desarrollo de la inteligencia emocional: Los talleres de inteligencia emocional.

A estas alturas seguro que usted ya ha oído hablar de la inteligencia emocional y conoce las ventajas que conlleva su desarrollo, tanto a nivel personal como profesional:

  • La comunicación mejora.
  • El sujeto se siente más persona, más feliz, más pleno y con mayor calidad de vida.
  • Aumenta la motivación.
  • Las relaciones personales mejoran.
  • Las personas se implican más en su trabajo y son más responsables y autónomas.
  • Se mejora el clima del entorno académico o laboral.
  • Nuestro poder (especialmente el carismático) y nuestro liderazgo se ven reforzados.
  • Aumenta la eficacia y eficiencia de las personas y del trabajo en equipo.
  • Los procesos de cambio y de mejora continua se agilizan.
  • Mejoran las relaciones con los clientes y con todos los públicos de la empresa; ...
  •   y también mejoran un sin fin de pequeñas y sutiles cosas igualmente importantes.

 

 

Probablemente habrá intentado poner en práctica algunos de los conceptos que le indican los libros que hablan sobre el tema, ¿cómo le ha ido?.

Sin duda, y como en otras tantas cosas, aunque es relativamente sencillo entender y comulgar con la teoría, llevarla a la práctica es mucho más costoso y, a menudo, nos sentimos perdidos ya antes de empezar o no vemos los resultados de nuestro esfuerzo y dedicación.

Y es que la clave del éxito del desarrollo de la inteligencia emocional que se encuentre en el propio desarrollo personal, en el esfuerzo de cada uno de los sujetos implicados, a su ritmo y desde la introspección, la toma de conciencia y la voluntad de cambio y mejora continua de cada uno de ellos.

Porque, para lograr desarrollar la inteligencia emocional en cada persona, todos (y especialmente los educadores), deben desarrollar la suya propia.

Por eso, si queremos gestionar y dirigir el desarrollo de la inteligencia emocional es necesario facilitar un clima de confianza y apertura, elevar el nivel de conciencia y auto-conocimiento de cada sujeto e incrementar su motivación.

Una herramienta eficaz para lograrlo son los talleres de inteligencia emocional, donde a través de una metodología vivencial y participativa, se crea un espacio de reflexión y de conocimiento de las áreas que cada participante deberá “trabajar” en sí mismo para alcanzar sus objetivos dentro del marco de las necesidades de su formación.

Pero para que los talleres de inteligencia emocional sean eficaces deben tener en cuenta algunas pautas:

  • Los objetivos deben estar muy bien definidos y hallarse dentro del área de la inteligencia emocional.
  • Deben ser guiados por profesionales de la inteligencia emocional.
  • Deben darse en un clima de confianza, apertura y sinceridad.
  • Han de seguir una metodología vivencial, utilizando métodos tipo “in-door / out-door training” o juegos y experiencias que faciliten la conexión con la realidad individual y de la formación de cada persona.
  • Han de propiciar la introspección, la reflexión y la toma de conciencia.
  • Han de conectar con las emociones y la motivación de cada participante.

 

 

 

 

Por otro lado, es aconsejable que sean personas de una misma aula, porque así rompemos con los esquemas tradicionales, favorecemos la concentración y la cohesión grupal, lo que permite un mayor clima de confianza y apertura. Además, son muy bien acogidos por los participantes, a su vez sirven de recompensa y normalmente, y aunque a primera vista parezca lo contrario, rentabilizan costes.

También es preferible que los talleres estén incluidos en un programa más amplio donde se inserten sesiones de coaching y tutorías individuales bien sea de forma externa como interna.

En cualquier caso, deberán ajustarse a las necesidades del Centro Educativo de forma que se trabajen los valores y cultura propios de la organización o del rol sin olvidar en ningún momento los intereses de cada uno de los participantes de forma individual y personalizada.

De esta forma, se logrará un cambio de conducta y hábitos de forma consistente, donde tanto el Centro Educativo como el participante se sentirán satisfechos con el proyecto de mejora asumido.

Y es que, como bien se evidencia en la propia esencia de la inteligencia emocional, las emociones son el motor de cualquier acción. Si no utilizamos métodos que contacten directamente con el interior y el “corazón” de las personas difícilmente lograremos provocar cambios en ellos, o en nosotros mismos, por eso, cualquier programa bien estructurado que pretenda incidir sobre las actitudes y conseguir energía para el cambio y la mejora, debe contar con talleres de inteligencia emocional.

 

“Aquel que conquista a otros es fuerte; aquel que se conquista a sí mismo es poderoso”.
Lao-Tse.

 

 

La Inteligencia Emocional Aplicada o Práctica, posibilita:

 

 

Identificar debilidades y conflictos internos.

Promover el cambio y la transformación personal.

Generar o aumentar capacidades y competencias.

Desarrollarse y crecer aprendiendo a lidiar las crisis.

Complementar profesional y laboralmente los recursos humanos.

Mayor autocontrol sobre emociones y sentimientos, al reconocerlos.

La educación personalizada y formación integral de emprendedores.

La instrumentación práctica de los objetivos que se proponen en el Centro Educativo.

Explorar y aprovechar mejor el potencial y los recursos innatos que se tienen a disposición.

Encontrar formas de enfrentar temores, ansiedad, ira, tristeza, soledad, culpa, vergüenza, etc.

 

© Cris Bolívar, 2000.
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Debes incluir esta nota, así como el nombre Cris Bolívar, el correo
crisbolivar@retemail.es y la dirección www.gestiondelconocimiento.com 
Gracias.

 

LA INTELIGENCIA EMOCIONAL Y

EL TRABAJO EN EQUIPO

 

Cómo desarrollar la inteligencia emocional

 

 

Afirmar que las emociones están presentes en todos los momentos de nuestras vidas, no es exagerado ni incomprensible, pero cuando decimos que un manejo adecuado de ellas puede conducirnos a ser exitosos en lo que emprendemos, puede merecernos alguna duda. El término Inteligencia Emocional fue introducido por Peter Salovey y John Mayer en 1990 y hoy son muchos los autores e investigadores que han profundizado en este concepto. El mismo se refiere a la capacidad de manejar las emociones y hacerlas que trabajen para nosotros regulando nuestro comportamiento. A diferencia de la Inteligencia General, que se mide a través del coeficiente Intelectual, la Inteligencia Emocional es difícil de medir, pero se puede incrementar, es decir, se puede ser cada día más inteligente emocionalmente. Daniel Goleman (1995), asegura que las habilidades emocionales son a veces más importantes para nuestro futuro que el coeficiente intelectual. Aunque los individuos con alto coeficiente intelectual son ambiciosos, productivos e incluso tenaces y despreocupados, según este autor, son frecuentemente fríos, inhibidos, inexpresivos, aburridos, quisquillosos e incómodos con la sensualidad. En cambio, las personas con gran capacidad emocional son más comunicativos y agradables y están más a gusto consigo mismos y con los demás. Todos tenemos los dos tipos de inteligencia, aunque en distinta medida.

La Inteligencia Emocional se basa en cinco premisas fundamentales que revelan su importancia para el trabajo en equipo, desde una perspectiva intrapersonal e interpersonal.

En el ámbito intrapersonal, es preciso estar conscientes de las fortalezas y debilidades personales. Si se tiene seguridad en sí mismo, se actúa con fuerza y confianza. Es lo que conocemos como autoconocimiento. Sin embargo, este dominio y conocimiento personal debe manejarse en forma adecuada, controlando (no inhibiendo) las emociones y sentimientos, esto es, autorregulación. En el trabajo en equipo, es importante el compromiso con una meta, la rápida identificación de problemas y la búsqueda constante de soluciones, con ello se cumple la premisa de la automotivación. El aspecto interpersonal, es tal vez el de mayor cuidado en el manejo de la inteligencia emocional cuando se trabaja en equipo, pues éste tiene que ver con la capacidad de comprender las emociones de los demás, escuchar e interpretar sus actitudes, lo que se denomina empatía, y por último debe estar presente el adecuado manejo de las relaciones, la capacidad de negociación y persuasión. Con el fin de establecer buenas relaciones interpersonales en los equipos de trabajo, a continuación se presentan algunas pautas a considerar como habilidades sociales:

Separar las personas de los temas.

Enfocar en intereses y no en posiciones.

Establecer metas precisas de la negociación.

Trabajar juntos para crear opciones que favorezcan al equipo.

En resumen, el trabajo en equipo requiere de un alto grado de desarrollo de la Inteligencia Emocional entre sus miembros; ¡les invito a ponerla en práctica!.

 

 

 

 

Secretos para ser un triunfador

 

La inteligencia emocional es la capacidad de crear resultados positivos en nuestra relación con otros y con nosotros mismos. Estos resultados positivos incluyen alegría, optimismo, éxito en el trabajo, estudios y en la vida en general. Incluso, está comprobado que una persona con una elevada inteligencia emocional logra mejores resultados en la vida.

 

 

¿A qué llamamos habilidad social?

 

Las habilidades sociales son un conjunto de destrezas (como persuasión, liderazgo, capacidad de trabajo en equipo, tolerancia, etc.) que nos permiten relacionarnos de la mejor manera posible con otra u otras personas.

 

¿Cuáles son éstas? ¿Podría ejemplificar?

Entre las habilidades sociales más importantes podemos mencionar las capacidades de:

1) Liderar a otras personas.

2) Motivar a un grupo para que alcance objetivos específicos.

3) Escuchar y entender a otra u otras personas.

4) Persuadir a otros seres humanos para que hagan algo que es necesario hacer o algo que queremos que hagan.

5) Conciliar, negociar o mediar en procesos conflictivos.

6) Agradar, cautivar o seducir a otra u otras personas, tanto en la vida afectiva como en la profesional.


¿En qué se diferenciará una persona que tenga habilidades sociales con respecto a una que no las tenga?

 

La mayoría de los deseos, sueños u objetivos que nos proponemos en la vida, dependen de la participación de otras personas. Las competencias sociales son cruciales, por lo tanto, para alcanzar o concretar esos deseos u objetivos.

En la vida afectiva, las habilidades sociales complementan el amor que se siente en la pareja, o en la amistad, haciendo que cada una de las interacciones sea lo más simple, transparente y 'ecológica' posible.

El gran psicólogo Eric Berne escribió, justamente, un libro llamado: 'Con el Amor no Basta', elocuente expresión que alude a la necesidad imperiosa, en la vida afectiva, de aprender habilidades sociales. Y esto es, obviamente, aún más crucial en la vida profesional y laboral.

 


¿Por qué son tan importantes las habilidades sociales? ¿Por qué cobraron tanta importancia en la actualidad?

 

Las habilidades sociales han sido ponderadas desde el principio de los tiempos, en los textos de los psicólogos y pensadores antiguos. Hoy se han vuelvo más importante aún debido a las complejidades de la vida contemporánea, tanto en el aspecto personal (estrés, conflictos y malentendidos, desacuerdos, etc.), como en la vida organizacional (hipercompetencia, excelencia en el servicio al cliente, liderazgo de alta calidad, etc.)

 


¿Se aprenden las habilidades sociales? ¿Cómo?

 

Las habilidades sociales se aprenden, enseñarlas es justamente uno de los propósitos de la Inteligencia Emocional. Existen principios, técnicas y herramientas que permiten re-educar nuestras percepciones, creencias, supuestos, etc., para reaccionar y comportarnos de diferente manera cada vez que entendemos o comprobamos que nuestras actuales actitudes no conducen a los resultados que buscamos.

 

¿Quién las debe enseñar?

 

Las deberían enseñar todos los docentes, todos los líderes, todos los psicólogos, y en general todos los profesionales que pueden aportar, a otros seres humanos, técnicas y principios que permiten vivir mejor (en armonía, con comprensión y entendimiento, buscando acuerdos constructivos), tanto en la esfera personal como en la colectiva (lo que incluye desde un Centro Educativo hasta un conjunto de Centros).